La próxima campaña del olivar en Andalucía, y especialmente en Málaga, se presenta con un panorama de incertidumbre y expectativas moderadas. A pesar de las lluvias que regaron el campo en marzo, la combinación de factores como la vecería, las plagas y las altas temperaturas de las últimas semanas están llevando a las organizaciones agrarias a ajustar a la baja sus previsiones de producción de aceite de oliva. Este escenario, que recuerda a campañas anteriores con producciones por debajo del millón de toneladas, plantea un reto significativo para un sector vital en la economía andaluza.
Una Mirada al Corazón de la Problemática: Vecería, Plagas y Clima
La vecaría, un fenómeno natural en el olivo que alterna años de alta producción con otros de baja, sigue siendo un factor determinante. Si bien es un ciclo inherente al cultivo, su impacto se magnifica cuando se combina con otras adversidades.
Las plagas, como la polilla del olivo (Prays oleae), el algodoncillo y el barrillo, están causando estragos en muchas zonas. La polilla del olivo, en particular, afecta directamente a la floración y fructificación del olivo, reduciendo significativamente el potencial de cosecha. La proliferación de estas plagas, a menudo exacerbada por condiciones climáticas específicas, requiere una vigilancia y gestión constante por parte de los agricultores.
Finalmente, las altas temperaturas experimentadas en las últimas semanas, posteriores a las lluvias de marzo, han mermado las esperanzas de una recuperación significativa. El estrés hídrico y térmico en momentos clave del desarrollo del fruto puede provocar abortos florales y una menor retención de aceituna en el árbol, impactando directamente en el volumen de producción final.
El Caso de Málaga: Luces y Sombras en el Olivar Provincial
En la provincia de Málaga, la situación es dispar. Mientras que en zonas como la serranía de Ronda y Sierra de Yeguas se prevé una cosecha mediana, principalmente por el efecto de la polilla del olivo, la Vega Antequerana (que incluye municipios como Mollina, Alameda y Antequera) se perfila con mejores expectativas, incluso superando la producción del año pasado. Esta diferencia subraya la heterogeneidad de los microclimas y las condiciones específicas de cada comarca olivarera.
Baldomero Bellido, presidente de la delegación provincial de Asaja en Málaga, enfatiza que, a pesar de las esperanzadoras lluvias de marzo y Semana Santa, las recientes olas de calor y la incidencia de plagas como el prays han obligado a la organización a revisar sus pronósticos. Aunque aún es prematuro para una estimación precisa, la certeza es que la campaña será más corta de lo que el mercado y el sector esperaban.
Andalucía: Un Mosaico de Previsiones Desiguales
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) Andalucía ha recabado la opinión de productores de seis provincias, revelando un panorama general de desigualdad.
- Jaén, la principal provincia productora de aceite de oliva, afronta una previsión «preocupante». En la Sierra Sur jiennense (Alcalá la Real, Alcaudete), se estima hasta un 30% menos de cosecha respecto al año anterior, con cifras similares en La Loma, Torreperogil y Villacarrillo. Mancha Real presenta un escenario aún más crítico, con una previsión de hasta un 60% menos debido a una floración irregular y la amenaza de la polilla del olivo.
- En Córdoba, la vecería, el calor y la fuerte presión de plagas también apuntan a una producción menor de la inicialmente esperada.
- Sevilla, líder en la producción de aceituna de mesa, muestra una cosecha muy desigual. Mientras que en Arahal la situación es «normal», el Aljarafe espera una menor producción. Curiosamente, en Sevilla se observa que la aceituna tiene un mayor tamaño, lo que podría desviar una mayor cantidad hacia el destino de aceituna de mesa, aliviando la presión sobre el aceite.
- Por el contrario, algunas zonas de Sevilla y la sierra de Cádiz, junto con la mencionada Vega Antequerana en Málaga, se mantienen como focos con previsiones más optimistas.
Implicaciones para el Mercado y el Consumidor
La expectativa de una producción de aceite de oliva por debajo de las necesidades del mercado, aunque aún no cuantificada con exactitud, sugiere que los precios podrían mantenerse elevados. Esta situación podría llevar a medidas por parte de las autoridades, como la posible retirada de aceite del mercado por parte del Ministerio de Agricultura para evitar un hundimiento de los precios si la producción final fuese mayor de lo esperado o para estabilizarlos si la oferta escasea.
La campaña del olivar 2025/2026 se presenta, por tanto, como un desafío para los agricultores andaluces, quienes deberán navegar entre la incertidumbre climática, la presión de las plagas y la necesidad de mantener la rentabilidad de sus explotaciones. El seguimiento de las condiciones meteorológicas y el desarrollo de la aceituna en los próximos meses será crucial para afinar las previsiones y determinar el impacto real en el sector y en el bolsillo de los consumidores.
¿Te gustaría que profundicemos en alguna de las plagas mencionadas o en las estrategias de gestión que se están implementando para esta campaña?