| Jul 22, 2025 | Agricultura, Destacados, Olivar
El sector olivarero en Málaga está al frente de una importante iniciativa que busca redefinir la forma en que se abordan los desafíos de precios en origen para el aceite de oliva. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA Málaga) ha presentado una propuesta clara y contundente al Ministerio de Agricultura: las medidas de mercado deben enfocarse en revertir los precios que no cubren los costos de producción, en lugar de centrarse en la regulación de futuras cosechas. Esta perspectiva emerge como una luz de esperanza para miles de agricultores dedicados al olivar tradicional que, mes tras mes, enfrentan dificultades para cubrir sus gastos.
El llamado de UPA Málaga es a la acción inmediata. La organización subraya la urgencia de activar los mecanismos previstos en el artículo 167 bis del Reglamento 1308/2013 de la Unión Europea, con el objetivo primordial de asegurar la viabilidad económica de las explotaciones olivareras. «Es crucial que estas medidas se activen ya, porque cada mes, los agricultores de olivar tradicional incurren en pérdidas al no poder cubrir siquiera los costes de producción con la venta de su producto», afirma Francisco Moscoso, secretario general de UPA Málaga.
Un Enfoque en la Rentabilidad y la Equidad para el Olivicultor
La principal preocupación, especialmente en el ámbito del olivar tradicional, es alcanzar precios que permitan a los agricultores cubrir sus costos de producción. UPA Málaga defiende vigorosamente la necesidad de precios justos para todos los eslabones de la cadena agroalimentaria, enfatizando que la situación actual, donde una parte significativa del valor no llega al productor, es insostenible.
«Lo que más nos preocupa ahora mismo, sobre todo en el olivar tradicional, es cubrir al menos los costes de producción. Los agricultores seguimos perdiendo dinero cada mes en beneficio de otros intereses», explica Moscoso. La organización hace un llamado a la conciencia del valor del aceite de oliva por parte de todo el sector, instando a la defensa de un producto de calidad que merece ser remunerado adecuadamente. El objetivo es claro: asegurar que los agricultores reciban precios razonables, consistentemente por encima de sus costos de producción.
Desmitificando la Oferta y Demanda: La Realidad del Mercado del Aceite
Uno de los puntos clave en la argumentación de UPA Málaga es la desvinculación entre el volumen de producción y los precios actuales del mercado. «Ya se ha vendido el 80% del aceite que hemos producido. Eso nos indica que no sobra aceite, sino que sobran especuladores», enfatiza Francisco Moscoso. Esta afirmación busca desmentir la idea de un exceso de oferta que justifique los precios bajos y pone el foco en la necesidad de un mercado transparente y equitativo.
La organización también aporta una perspectiva realista sobre las próximas cosechas, mitigando las expectativas de producciones masivas que a menudo se utilizan como argumento para presionar los precios a la baja. Factores como la vecería (alternancia de cosechas abundantes y escasas), las posibles plagas, las elevadas temperaturas en momentos críticos de la floración y la sequía, son elementos que, según UPA Málaga, influirán en la próxima campaña, sugiriendo una producción más contenida de lo que se podría esperar. La comercialización del aceite, a un ritmo constante, refuerza la idea de que las existencias no son excesivas, lo que debería apoyar un incremento en los precios.
En definitiva, UPA Málaga reitera la imperiosa necesidad de implementar mecanismos de mercado eficaces que no solo busquen equilibrar la oferta y la demanda de manera superficial, sino que garanticen un precio digno y rentable para el aceite de oliva virgen extra producido con tanto esfuerzo en el olivar tradicional. La meta es clara: el precio del aceite de oliva debe ser justo, tanto para el productor como para el consumidor, asegurando que cubra los costos de producción que diversos informes sitúan en el entorno de los 5 euros por kilogramo. Este enfoque proactivo promete fortalecer la estabilidad y el futuro de uno de los pilares de la agricultura andaluza.