La agricultura mediante la gestión del riego ha aportado un importante rendimiento de los cultivos en comparación a la producción en secano. Asimismo, los cultivos en regadío representan más del doble de los que se hace posible obtener mediante este otro método, aún cuando se trata de un bajo riego con insumos escasos, sus características de control y precisión, que facilitan la absorción del agua por medio de las raíces de distintas especies de plantas se pueden implementar a manera de: riego de superficie, riego por aspersión, riego por goteo, riego subterráneo o subirrigación.
Cuando se trata de zonas tropicales, las prácticas de conservación del suelo y del agua son esenciales, característica que comparten con otros suelos sensibles y se implementan medidas de preparación para evitar que se forme una costra durante el establecimiento de los cultivos. En este aspecto, la pluviometría es el área encargada de elegir los aspersores, equipamiento y esparcimiento de tuberías, ya sea mediante sistemas estacionarios o sistemas de desplazamiento continuo.
En los tropicales tiende a implementarse a beneficio el modo de desplazamiento continuo ya que a pesar de que no puede modificarse la tasa de aplicación, se configura el tiempo de duración de la misma y se gradúa la velocidad. Por ello, las evaluaciones del campo pueden aportar información suficiente para escoger las velocidades y evitar un impacto negativo, en especial cuando el cultivo cumple con la función de proteger el suelo.
Por otra parte, la agricultura en tropicales posee un beneficio importante para su trabajo, ya que es posible sembrar durante todo el año mientras que se disponga del riego durante las épocas en que la lluvia no es suficiente. Esta ventaja comparativa asegura ser vistos como proveedores confiables e interviene en el crecimiento del comercio internacional.