No está de más recordar las multitudinarias manifestaciones que realizaron los agricultores y ganaderos y que llenaron las calles de las poblaciones de España reivindicando, fundamentalmente, unos precios justos. De “estallido del campo” fueron calificadas por RTVE. Estas enormes movilizaciones se realizaron en febrero del 2020 y casi coincidieron con el inicio oficial de la pandemia (marzo 2020), lo que, de hecho se tradujo en una detención de las protestas. APAG Extremadura anunció una continuación de las movilizaciones un año después, para el 16 de marzo del 2021.
En Murcia, donde tuvo lugar la manifestación más numerosa, salieron a la calle unos 7000 manifestantes y unos 400 tractores. ASAJA, COAP Y UPA fueron las asociaciones agrarias que convocaron. La reivindicación principal radicó en la imposibilidad de soportar unos precios tan “penosos”. El reclamo fue de unos precios justos en origen que cubrieran los costos de producción, El hecho de “estar al límite” fue un clamor generalizado. “Estamos hartos”. Uno de los argumentos de la situación estribaba, en el decir de los manifestantes, en la competencia desleal que la llegada de artículos de terceros países generaba, al “no respetar los estándares de calidad y medioambientales comunitarios”.
En Tortosa (Tarragona), Mérida (Extremadura), (Molina de Aragón) Guadalajara, se produjeron idénticas protestas. Según los convocantes “llegaron a concentrar en una semana cerca de 35.000 personas en 14 puntos de cinco comunidades autónomas”. Pero fue en la capital, donde el eco mediático de las protestas alcanzó un mayor radio de difusión.
La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos plantaba el principal problema en la concentración de empresas: aducían que más del 50% del volumen de ventas, estaba “en manos” de seis grupos de la industria y alimentarios, y que esta concentración, de hecho, anulaba el poder de venta de los productores.
Los agricultores denunciaban llevar viviendo así, en esta crisis, durante 40 años y que la reivindicación fue siempre de “preciso justos”.
Unión de Uniones reclamó al gobierno un mensaje claro y nítido dirigido a la cadena alimentaria destinado a re-equilibrarla, aduciendo que las sanciones realizadas a los grandes grupos son testimoniales. Igualmente se reclamó acentuar la lucha por una PAC (Política Agraria Común) “justa” ya que estas reivindicaciones interesaban igualmente a otros países del entorno.
Entre las reivindicaciones solicitadas, se encontraba también la de un Sistema de seguros agrario “fuerte”, y un sistema de etiquetado transparente (con precios de origen), «porque esta es una lucha por la soberanía y la seguridad alimentaria de todos».
A continuación un decálogo de motivos que presentó la UPA como razones de las movilizaciones de agricultores y ganaderos.
- Falta de precios justos.
- Subida de los costes de producción
- Recortes en las ayudas
- Barreras comerciales
- Empoderamiento de los agricultores y ganaderos
- Reto climático
- Control de la fauna salvaje
- Reglamentación de ciclos cortos de comercialización, productos de proximidad y etiquetado en origen
- Freno a la especulación con los productos agrarios
- Reivindicación del papel vertebrador de la agricultura y la ganadería frente al despoblamiento, a los problemas ambientales y territoriales.
